Volvía a dormirse, volvía a soñar, volvía a despertarse con la certeza de que era él quien había terminado con la relación & así era. No fue él quien se echó a llorar al ver una escena triste en una película mala. No fue él quien recogió sus cosas & se marchó a otro piso con las maletas & el perro. No fue él quien dijo ya no te quiero & no quiero vivir más contigo, pero si fue él quien no supo estar a la altura & por eso la mortificaba en el único lugar en el que seguía siendo tal como ella le había querido tanto, en sus sueños.
Sí, en efecto, son muchas las mujeres, entre ellas yo, lo reconozco, que esperan vivir una vida de novela: la que se casa aunque sueña con reencontrarse con el amor de su vida al doblar la esquina; la niña que crece esperando que su vecino se fije en ella, & la convencida de que su conquista cruzará un océano para buscarla.
Sí, en efecto, son muchas las mujeres, entre ellas yo, lo reconozco, que esperan vivir una vida de novela: la que se casa aunque sueña con reencontrarse con el amor de su vida al doblar la esquina; la niña que crece esperando que su vecino se fije en ella, & la convencida de que su conquista cruzará un océano para buscarla.
Con otras personas, mantenemos lazo de amistad, de amor o de familia, & un día sin pensarlo se pueden convertir, en verdaderos desconocidos. Solo una mirada desde la distancia nos ayuda a recomponer nuestro propio mapa vital, porque hay veces que confundimos sentimientos, o seguimos queriendo sin un simple, ¿por qué?, sin una razón por la que sentir, ese amor, por esa persona, la que no te corresponde.
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